29,99 €
inkl. MwSt.
Versandkostenfrei*
Versandfertig in über 4 Wochen
  • Broschiertes Buch

Uno de los principales países del mundo en la producción de medicamentos ayurvédicos es la India. Las plantas medicinales tienen una amplia gama de capacidades terapéuticas, y son utilizadas por los seres vivos de todo el mundo para mantener la salud y tratar una gran variedad de enfermedades. La planta Caralluma adscendens, a menudo conocida como Caralluma fimbriata, prospera en ambientes secos y se deteriora con la mera exposición al agua. Hay más de 120 especies de plantas con flores del género Caralluma. En el campo de la India, también son increíblemente conocidas. Un remedio tradicional…mehr

Produktbeschreibung
Uno de los principales países del mundo en la producción de medicamentos ayurvédicos es la India. Las plantas medicinales tienen una amplia gama de capacidades terapéuticas, y son utilizadas por los seres vivos de todo el mundo para mantener la salud y tratar una gran variedad de enfermedades. La planta Caralluma adscendens, a menudo conocida como Caralluma fimbriata, prospera en ambientes secos y se deteriora con la mera exposición al agua. Hay más de 120 especies de plantas con flores del género Caralluma. En el campo de la India, también son increíblemente conocidas. Un remedio tradicional para la diabetes, el malestar, la fiebre y la inflamación puede incluir una planta llamada caralluma. El cribado fotoquímico de toda la planta reveló altas concentraciones de alcaloides, flavonoides, glucósidos, compuestos fenólicos, saponinas y quinonas. Los efectos antioxidantes, anticancerígenos, antidiabéticos, antiinflamatorios, antimicrobianos, antieccema, antipalúdicos y antifúngicos de los extractos de caralluma también han puesto de manifiesto su importancia farmacológica.
Autorenporträt
M. Shubham Kanawade, je réside à Navi Mumbai, j'ai obtenu ma licence en pharmacie en 2021 et je suis actuellement inscrit au programme de maîtrise en pharmacie du Pravara Rural College of Pharmacy en technique d'assurance qualité. Mon amour de la lecture m'a amené à la conviction qu'"un écrivain commence un livre, mais un finisseur le termine".