Dentro de los diversos padecimientos que pueden sufrir los animales encontramos los que afectan el aparato cardiovascular, constituyendo un área extensa de alteraciones, tanto de origen congénito como adquirido y que deben ser motivo tanto de investigación a nivel básico como clínico para su correcta atención. Los desórdenes cardiovasculares son poco comprendidos y por tanto abordados de manera deficiente por el profesional de la medicina veterinaria, dado el alto índice de especialización que se requiere para su diagnóstico, tratamiento y de ser posible su prevención. Algunas especies de animales domésticos son más propensos a este tipo de problemas médicos que otras; así por ejemplo, en la clínica de pequeñas especies (canidos) los índices de enfermedad cardiovascular son más rutinarios debido quizá tanto a los factores de manipulación genética en la creación de razas y variedades, como por el entorno ecológico y hábitos de convivencia que tienen estos animales con el ser humano, quien en muchos de los casos, lo adapta a sus costumbres o necesidades sociales.