No se busca desligar la casación de lo familiar del recurso de casación conocido por todos, pero sí demostrar que en sentido general, al decir del jurista costarricense Walter Antillón , los juristas no han estado en capacidad de desembarazarse de lo que la institución tiene de caduco, y construir uno que tenga un diseño más ágil y funcional, sin sacrificar los valores sustanciales. Se propone que la casación, que sigue siendo un recurso extraordinario, no se establezca por las mismas causales que informan el proceso civil tradicional, pues además de excesivas, su tramitación dilata en demasía, el resultado esperado por los justiciables del máximo tribunal de justicia, ya que motivos casacionales para el proceso civil, no se adecuan al proceso de familia, porque en este último ya ha existido una apelación amplia.