El mundo se ha visto plagado de movimientos populares de disidentes en prácticamente todos los países, que siguiendo el precedente sentado por los negros en América, que un siglo y medio después de la Guerra Civil Americana que supuestamente liberó a los negros de la esclavitud, siguen asistiendo casi a diario a escenas de discriminación y maltrato a los negros americanos siguiendo el infame modelo de G. Floyd. Esos disidentes y rebeldes contra el orden existente adoptan diversas pautas de protesta, más o menos violentas, temiendo la obliteración de su identidad bajo el barrido de la ideología globalista, y optan por subrayar su descontento, su rechazo de la injusticia y su reivindicación del derecho absoluto debido a la opresión absoluta que les ha ido empujando a los márgenes de sus sociedades. En ocasiones, estos movimientos populares pueden catalogarse como wokeísmo o zombeísmo, o, por el contrario, en el caso del Islam, equiparar el globalismo a la noción establecida de la Ummah, la congregación universal de todos los musulmanes.