Los colgajos de reconstrucción de cabeza y cuello son una piedra angular de la práctica quirúrgica moderna, ya que permiten restaurar la estética facial, el habla, la deglución y la respiración. Los cirujanos seleccionan cuidadosamente los colgajos en función de factores como el tamaño del defecto, su localización, el tipo de tejido y consideraciones específicas del paciente. Existen varios tipos de colgajos, como los locales, los regionales y los distantes o libres, cada uno con sus ventajas y limitaciones. Los colgajos locales implican la transferencia de tejido cercano y son adecuados para defectos más pequeños. Los colgajos regionales utilizan tejido de zonas adyacentes y son versátiles para defectos de tamaño medio. Los colgajos libres implican la extracción de tejido, junto con su suministro vascular, de una zona donante distante, lo que los hace ideales para reconstrucciones grandes o complejas. La cirugía microvascular desempeña un papel fundamental en el trasplante con colgajo libre, ya que implica una intrincada anastomosis vascular para garantizar un aporte sanguíneo adecuado al tejido transferido. El éxito de la reconstrucción de cabeza y cuello depende de una meticulosa planificación quirúrgica, experiencia y cuidados postoperatorios para minimizar las complicaciones y optimizar los resultados funcionales.
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