21,99 €
inkl. MwSt.

Versandfertig in 1-2 Wochen
  • Broschiertes Buch

This scarce antiquarian book is a facsimile reprint of the original. Due to its age, it may contain imperfections such as marks, notations, marginalia and flawed pages. Because we believe this work is culturally important, we have made it available as part of our commitment for protecting, preserving, and promoting the world's literature in affordable, high quality, modern editions that are true to the original work.

Produktbeschreibung
This scarce antiquarian book is a facsimile reprint of the original. Due to its age, it may contain imperfections such as marks, notations, marginalia and flawed pages. Because we believe this work is culturally important, we have made it available as part of our commitment for protecting, preserving, and promoting the world's literature in affordable, high quality, modern editions that are true to the original work.
Hinweis: Dieser Artikel kann nur an eine deutsche Lieferadresse ausgeliefert werden.
Autorenporträt
John Charles Ryle (1816-1900) graduó de Eton y Oxford en Inglaterra y quería seguir una carrera en la política. Pero debido a la falta de fondos, entró en el clero de la Iglesia de Inglaterra. Era contemporáneo de Spurgeon, Moody, Mueller y Taylor. Además, leyó los libros de los grandes teológicos como Wesley, Bunyan, Knox, Calvin y Lutero. Todos éstos influyeron a Ryle y contribuyeron a su entendimiento y teología. Ryle empezó a escribir primero un librito informativo después de que ocurrió la tragedia del puente colgante Great Yarmouth, donde se ahogaron más de cien almas. Se reconocía como predicador directo y por predicar el evangelismo. Viajaba, predicaba, y escribió más de 300 folletos, libritos informativos y otros libros, incluso Pensamientos expositivos de los evangelios (Expository Thoughts on the Gospels) y Líderes cristianos del siglo XVIII (Christian Leaders of the Eighteenth Century). Aunque usó sus ganancias de autor para pagar las deudas de bancarrota de su padre, consideró esa ruina la voluntad de Dios porque cambió la dirección de su vida. El primer ministro Benjamín Disraeli recomendó que fuera designado el Obispo de Liverpool donde cumplió este puesto hasta 1900.