El presente trabajo es un estudio de caso que surge a partir de la necesidad de observar con otro enfoque sobre los desencuentros que generan conflictos disciplinarios en el espacio escolar entre la institución educativa y los jóvenes estudiantes. Este nuevo enfoque tiene una visión bilateral debido a que ve los conflictos del espacio educativo como un problema de conjunto, entre la escuela como institución y a los estudiantes, derivado del proceso de mutación cultural originado por los cambios económicos, políticos sociales y laborales del mundo actual que han reconfigurado la cultura juvenil y la cultura escolar. Esa reconfiguración cultural obliga a ver al espacio escolar como un lugar donde convergen y conviven distintas culturas cuya responsabilidad es la mediación reflexiva de la pluralidad para facilitar el desarrollo educativo.