Al hablar de "Competencia", hacemos referencia a una serie de características inherentes e intrínsecamente vinculadas a las personas, quienes pueden o no desarrollarlas en función de sus propias necesidades, a los fines de hacerse competitivo en espacio y tiempo. Habría que formularse la interrogante: ¿Qué necesita una persona, para desarrollar una competencia especifica en un momento determinado?. ¿Será una necesidad de alcanzar una meta o solo una circunstancia que lo motive a cubrir cierta carencia, que impide u obstaculiza su potencial desarrollo personal o profesional?. Todas estas respuestas pueden vislumbrarse en la actitud que asuma cada ser humano en particular, unos nacen para ser triunfadores porque así lo han concebido y ponen en práctica todo cuanto esté a su alcance para lograrlo. Por el contrario, otros se resignan y asumen una actitud derrotista que no les permite triunfar. Si para la UNESCO los cuatro pilares de la educación son: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser, que estamos esperando en nuestras organizaciones universitarias para comenzar a gestionar el conocimiento desarrollando cada una de estas competencias.