Los empresarios del siglo XXI buscan candidatos que dominen tanto las competencias "técnicas" como las "conductuales", ya que los empleados más valorados y eficaces en el lugar de trabajo suelen ser los que poseen competencias tanto técnicas como transversales. Los cambios en la estructura generacional, exacerbados por la pandemia del COVID-19, han aumentado la demanda de competencias transversales, como la comunicación, el trabajo en equipo, la motivación, la resolución de problemas y la confianza. Éstas están siendo muy valoradas en el lugar de trabajo. Las competencias de empleabilidad pueden definirse como las capacidades necesarias no sólo para conseguir un empleo, sino también para desarrollarse dentro de una empresa, alcanzar todo el potencial de cada uno y contribuir con éxito a los objetivos estratégicos de esa empresa. Las competencias cruciales para la empleabilidad no son sólo técnicas, cognitivas, específicas del puesto de trabajo y de la disciplina, sino también psicosociales y de comportamiento.
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