La Meningitis representa una patología que conlleva una enorme trascendencia e impacto social para la población pediátrica desde el punto de vista de morbimortalidad. Su incidencia en el mundo es alta, aún en esta era de avances, no solo a nivel de antibióticos, que nos dan la herramienta para tratar la mayoría de los casos que son producidos por agentes bacterianos, en general susceptibles a los mismos, sino también en los avances a nivel de estudios para diagnóstico precoz de esta patología así como sus complicaciones. En nuestro país es una patología que se diagnostica con frecuencia en las salas de emergencia, en especial en la población pediátrica, siendo, por sus características de inmadurez inmunológica, más susceptible que los adultos a este tipo de infecciones. Es en este grupo etario donde las complicaciones son más severas y potencialmente permanentes y graves. Todas estas secuelas disminuyen la población productiva y generan no solo una carga social y económica, sino también problemas en el entorno familiar que afectan a corto y largo plazo la dinámica social del país.