Con todo Dios y Señor mío yo no necesito penetrar con mi débil mirada en los arcanos de tu soberana grandeza e inmensa gloria; ni quiero buscar los caracteres de tu nombre tres veces santo en la brillantez e imponente silencio de las esferas que tu mano fijó hace millones de siglos en el firmamento; bástame Señor contemplar la florecilla del campo para alabar tu poder, admirar tu bondad, bástame Señor poner la mano sobre mi pecho y registrar los arcanos de mi corazón, para volver mis ojos a ese trozo de la infinita caridad e iluminado por los resplandores de la fe caer de hinojos a tus pies y decirte con tu Apóstol: Señor y Dios mío . Fray Saturnino Gutiérrez Silva O.P.