Una de las nociones lógicas que ha captado la atención de los filósofos en los últimos años es la noción de consecuencia lógica. La presentación formal de dicha noción se realizó en el artículo de 1936 de Tarski On The concept of the logical consequence . Desde entonces, los lógicos han trabajado con la propuesta tarskiana de la consecuencia lógica. Dicha noción de consecuencia lógica parece tener dos compromisos filosóficos: validez y consistencia. El surgimiento de las lógicas no-monotónicas a partir de los años 70 del siglo pasado ha iniciado un debate en torno a la relación de la consecuencia no-monotónica. Esta noción de consecuencia lógica no-monotónica plantea retos a nuestra noción de consecuencia lógica cláscia, en especial a la propiedad de monotonía. El análisis de las propiedades formales de la relación de consecuencia no-monotónica ha surgido su establecimiento desde hace un par de décadas, sin embargo, los compromisos filosóficos que adquirimos al asumir dicha relación de consecuencia no-monotónica ha sido poco abordado.