Esta obra pretende fijar unos parámetros mínimos que delimiten el concepto de periodismo científico y lo hace ahondando en el concepto mismo de ciencia; para ello nada mejor que utilizar la filosofía. Desde el enfoque aristoteliano, defendido por los grandes teólogos medievales y los científicos andalusíes, hasta llegar a la segunda revolución científica en la que nos encontramos inmersos, pasando por Descartes, Bacon y los enciclopedistas. Establecido el concepto de ciencia, nos centramos en el concepto de cultura, y a partir de él en el de cultura científica. El proceso de democratización del conocimiento ha ido exigiendo una continua mejora en los canales que han ido haciendo posible este proceso socializador de la cultura.