En la Argentina del 2001 se quebró el consenso neoliberal, es decir, la aceptación social de que las prescripciones de los organismos internacionales de crédito eran inapelables, que solo tenía lugar el ajuste presupuestario, que era más importante pagar la deuda externa que la vida de los argentinos, y que allí no cabía ninguna discusión política. Pero extenuada de empobrecimiento y por razones que quizás este libro aporte a comprender, buena parte de los argentinos se indisciplinó y por un tiempo se rediscutió la vida cotidiana y la política. Mientras el capitalismo financiero y sus instituciones irradiaban modelos a todos los ámbitos de la sociedad, las experiencias aquí tratadas hicieron un gran aporte al quiebre de dichos modelos: la empresa comercial capitalista no era la única forma legítima de organización de la sociedad. Otras formas de organización social y productiva -solidarias y democráticas , aunque no exentas de conflictos - son posibles. Los trabajadores de fábricas recuperadas, aunque de forma defensiva, emprendieron un camino que nos desafía con algunas preguntas como ¿Cuánto hay que padecer para reaccionar? Y luego ¿Qué hace falta para cambiar nuestra realidad?