La centralidad que ha tomado internet en la vida social, donde continuamente se observan mayores niveles de penetración y dedicación horaria, dio lugar a que el mundo digital se convierta en un espacio de disputa por la transmisión y difusión de discursividades políticas. El supuesto del costo de difusión nulo trajo aparejado una serie de mitos entre usuarios y profesionales de nuevos medios de comunicación 2.0, los cuales dieron lugar a la máxima según la cual lo único importante es no quedarse fuera, sin importar cómo se está adentro.