En este libro, Gloire Kitambala demuestra cómo la comunicación en torno a la muerte de Mzee Laurent Désiré Kabila transgredió las normas y reglas de la información, es decir, la ética. Anunciado el jueves 18 de enero de 2001 por el Ministro de Comunicación, el Jefe de Estado Désiré Kabila había fallecido dos horas después de ser trasladado a la clínica de Ngaliema. Tras una noche de incertidumbre, para evitar disturbios y salvar vidas, el coronel Eddy Kapend dijo que el Presidente había ordenado el toque de queda y el cierre de las fronteras. Una información puramente falsa, que viola la ética de la información pero que es saludable.
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