La investigación sobre una publicación del Siglo XIX denominada La familia permitió la posibilidad de comprobar que las diferencias de género en el ámbito de lo social se establecen desde hace mucho tiempo, de acuerdo con los comportamientos ideales que se destacan para cada uno de los sexos, relacionados con roles y expectativas sociales. El libro Comunicación y género: La familia. La construcción de la identidad femenina de Martha Patricia Domínguez Chenge representa una posibilidad de constatar como en muchas sociedades, los hombres y mujeres representan papeles determinados por su sexo, construyendo una identidad que las más de las veces, es un estado mental, que determina las formas de convivencia. La investigación reflexiona sobre las prácticas discursivas como un lugar privilegiado para conocer las distintas representaciones sociales y la constitución del género en particular y pone en evidencia que los discursos sociales, entre ellos los masivos, permiten definir una realidad, y construir una manera de interpretar al mundo acorde con las expectativas sociales de los individuos en un momento histórico determinado.