En algunas ciudades como Caracas existen serios problemas para la mejora de la calidad de vida urbana y en el poder de decisión de los ciudadanos para solucionarlos, por lo tanto, es necesario plantear una reordenación que comience por evaluar cómo se estructura la división político-territorial y hasta qué punto es posible efectuar un proceso de descentralización en unidades administrativas del tamaño adecuado para hacer más eficiente la gestión. La estructura político-territorial vigente suele ser cuestionada muchas veces por la forma, tamaño, funciones y atribuciones en las jerarquías de poder, lo que conlleva a una crisis de gobernabilidad. La gobernabilidad implica que los entes que ejercen la gestión logren responder a unas necesidades sociales que difieren de un lugar a otro, lugares que se rigen por un marco de identidad local bien definido en el ideal de las comunidades, pero mal definidos en lo físico, con ámbitos inadecuados en donde el ejercicio del poder del ciudadano es limitado y confuso. En esta propuesta de una nueva división político-territorial del Distrito Capital venezolano se aborda esta problemática y su solución desde un enfoque netamente geográfico.