La educación es un derecho fundamental y obligatorio para todas las personas, posibilita la evolución del conocimiento y la transformación de la humanidad. Desde antaño el conocimiento se ha considerado un pilar significativo para toda sociedad, aunque se ha visto inmerso en medio de la religión o la política. Sin embargo, en cada época de la historia se ha trazado un una línea clave para los procesos de enseñanza - aprendizaje, toda una cimiente para lo que conocemos hoy día acerca de la educación y sus procesos. Todo esto ha llevado a centralizar la perspectiva de la calidad de la educación superior, cuyo proceso conlleva el cumplimiento de requisitos indispensables para lograr ofrecer un servicio de la forma más eficaz y eficiente posible. El logro de las condiciones básicas de calidad permiten que una institución de educación superior sea reconocida por su óptima estructura organizacional enfocada en la formación integral de profesionales instruidos en teoría, práctica, moralidad y valores, en la dimensión laboral. De esta forma, la pertinencia tanto de la educación superior como de los programas de pregrado deben ser inherentes al propósito único de la misma, la formación.