El conocimiento científico social debe gestionarse de forma eficiente, para que contribuya al desarrollo de la sociedad en Cuba. Para ello es importante que el diálogo de saberes produzca y resulte en conocimiento nuevo, para cambiar las bases del pensamiento que ha contribuido a crear los problemas, que hoy urgen resolver con el pensamiento integrador. El propósito de este artículo es contribuir a esa reflexión básica. La premisa de partida: ¿cómo influyó en su gestión, el modo en que el conocimiento científico social se pensó en Cuba, en función del proyecto de nación asumido en enero de 1959?.La investigación de este importante tema demostró que, independientemente de los discursos oficiales y las intenciones de políticas, aún persisten importantes contradicciones en su práctica, manifiesta en determinada instrumentalización y la sujeción a disímiles restricciones, que tienen argumentos en las tensiones externas e internas a las que está siempre sometida la nación cubana. Las fronteras que lo limitan no son personales o sociales, individuales o colectivas; son fronteras epistemológicas que emanan de los saberes que entran en diálogo.