El poder jurídico (autoridad) es distinto del ejercicio real del poder de decisión (influencia). Así, para ejercer el poder de decisión en un contexto colegial, todos los actores implicados deben ser capaces de influir, si es necesario, si quieren hacer valer su opinión. De hecho, es la parte o la persona que influye en una decisión la que realmente ejerce el poder, porque el poder en términos de influencia es un equilibrio de poder y se ejerce en un contexto de interacción. Para influir, sin embargo, hay que disponer de los recursos necesarios en el ámbito en cuestión para poder argumentar con eficacia. En otras palabras, hay que ser capaz de justificar las opiniones con argumentos bien fundados. Este libro plantea el problema de cómo ejercen los padres su poder de decisión dentro de la escuela. Demuestra que, aunque se ha otorgado a los padres el poder legal de decidir sobre determinados asuntos relacionados con la vida escolar, su poder es limitado porque rara vez poseen los conocimientos especializados que pueden influir en las decisiones adoptadas por los consejos escolares. Este libro puede utilizarse como herramienta de sensibilización para cualquier grupo mixto que ejerza el poder colegial.
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