La esquizofrenia es una enfermedad mental de alta prevalencia (1%). Es una de las enfermedades mentales más invalidantes dado que se inicia en etapas precoces del ciclo vital (la adolescencia) y se asocia a un deterioro cognitivo y social importante. Tiene un carácter crónico y no existe hasta ahora un tratamiento que logre la remisión absoluta de la enfermedad. En la esquizofrenia de primer episodio, al parecer habría un compromiso cognitivo heterogéneo, de tipo global y/o específico. Particularmente se comprometen la atención, la memoria y las funciones ejecutivas. La literatura reciente ha procurado caracterizar la prevalencia, el grado y la naturaleza de los trastornos cognitivos o neuropsicológicos en la esquizofrenia, pero aún persisten múltiples interrogantes sobre estos trastornos y su contribución al desarrollo de problemas de adaptación psicosocial de estos pacientes. Uno de los elementos cruciales de los problemas observados en la esquizofrenia parecería ser los trastornos disejecutivos. Tales trastornos reflejan una falla para ejercer control sobre los pensamientos y las acciones y según algunos autores estarían en la base de los problemas observados en la esquizofrenia