Durante la crisis ucraniana de 2014, los medios de comunicación estrenaron un nuevo papel en los asuntos mundiales. Desde entonces, el mundo asiste a una era de la información que es rehén de una maquinaria giratoria que trata de convertir en armas a los medios de comunicación y diseñar las noticias de manera que posean la mente del público. La guerra de la información a la que hemos asistido recientemente ha desplazado el conflicto a una nueva dimensión en la que la confrontación ideológica prevalece sobre el conflicto físico o armado, y la retórica se prolonga más allá de los medios de comunicación diplomáticos. En esta guerra de la información, Rusia secuestró perfectamente las noticias hacia Occidente creando una situación noticiosa a partir de otra, lo que dio a Rusia más cobertura para presentar su punto de vista a los medios y al público occidentales. El sistema nacional ruso de manipulación de la información se hizo global, y no sólo desbarató las narrativas occidentales, sino que mantuvo a los espectadores enganchados y distraídos. Este libro explora el enfoque conspirativo de los medios rusos para introducir noticias en la agenda de los medios occidentales.
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