"Mientras unos íbamos allende el mar atisbando sobre la cresta nacarada de las olas las costas virginales de la lejana India, otros navegábamos por el extenso mar de los números complejos descubriendo misteriosas raíces para los polinomios de discriminante negativo. Y todos estábamos seguros que de nuestras laberínticas circunvoluciones cerebrales surgiría la respuesta a todas las preguntas y la razón de todas las verdades. Blandiendo entonces, como una espada de portentoso fuego, el pequeño y tremulante candil de nuestra inteligencia, nos adentramos en la infinita noche con la intención de desvelarla toda. Dios, refugiado en la inocente mirada de los niños, observaba sereno."