La idea tradicional de la presencia forzosa del alumno durante tantas horas a la semana en la escuela para recibir pedazos de conocimiento en tantas materias, durante veinte semanas al semestre debe dar paso a formas verdaderamente flexibles de organización, del trabajo académico que valore lo cualitativo del aprendizaje y se centre en lo que es, al final de todo, la misión de toda institución educativa servir al estudiante facilitando su desarrollo integral.