Arroyos fueron contaminados con residuos peligrosos provenientes de efluentes cloacales que desbordaban por un deficiente tratamiento por parte de la empresa encargada del servicio. Así luego de una ardua investigación se individualizaron a sus responsables y se los imputó por el delito de contaminación ambiental dolosa y desobediencia a la autoridad, en perjuicio de la salud publica de los habitantes de las poblaciones que utlizaban dichos cursos de aguas. Todo lo cual demuestra que estos delitos deben ser castigados para la protección del medio ambiente y de las generaciones futuras.