Los combustibles convencionales se derivan principalmente del petróleo. Este se somete a extensas operaciones de refinado para obtener varios tipos de productos (gasolina, gasóleo, carburante para aviones, combustible pesado) que se utilizan en una amplia gama de vehículos, desde turismos hasta aviones y barcos. Los laboratorios de control de calidad pueden ser auditados y certificados según una norma internacional de sistemas de gestión llamada ISO9001, el laboratorio trata de someterse a reevaluaciones para asegurarse de que sigue cumpliendo los requisitos y de que cumple sus normas de funcionamiento para la acreditación. Las muestras que recibe el laboratorio se someten a una serie de análisis para verificar que la calidad del combustible en cuestión no se ha alterado y se mantiene dentro de la especificación y/o el análisis se lleva a cabo para certificar que el producto que ha estado almacenado durante algún tiempo se mantiene dentro de la especificación y que la calidad del producto no ha cambiado desde el último análisis.
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