Los motores diesel se han utilizado ampliamente como un prometedor motor principal en el campo de las aplicaciones de energía estacionaria y locomotora. Sin embargo, son los principales contribuyentes de las emisiones nocivas como los hidrocarburos, el CO, el CO2, los óxidos de nitrógeno y las partículas finas. Por lo tanto, la contaminación del aire debido a los gases de escape nocivos de los motores diesel es un problema grave que debe abordarse. Estas emisiones pueden reducirse en cierta medida utilizando metales, óxidos metálicos y cerámicas, especialmente en forma nanométrica, como aditivo para el combustible. Entre los diversos óxidos metálicos, el óxido de cerio es un excelente aditivo para el combustible que puede reducir las emisiones de HC y NOx simultáneamente, debido a su estructura electrónica variable y a su alta capacidad de almacenamiento de oxígeno.
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