La obra diserta sobre el ejercicio del control de la fragmentación excesiva del inmueble agrario en Argentina y en Brasil, a la luz del Derecho Comparado, ejercido por los poderes públicos de los dos países, en vista de la necesidad de desmembramiento de los inmuebles, sea a consecuencia de actos inter vivos o en función de causa muerte. Asimismo, examina las políticas públicas establecidas en los dos países, direccionadas para combatir esas formas patológicas de uso de la tierra, así como la evaluación de sus efectividades. El tema se justifica por la problemática generada por el minifundio y por la gravedad que su presencia representa en la estructura agraria de los dos países. Estos detienen una elevada concentración de la propiedad inmobiliaria agraria, caracterizada por el binomio minifundio-latifundio. El minifundio se define como un inmueble agrario de tamaño diminuto, abajo de la unidad mínima legal, lo que lo hace incapaz e insuficiente de proveer el sustento de una familia rural típica y promover su ascenso económico y social. Por esa razón está asociado a la pobreza, al éxodo rural y a la baja productividad. Se caracteriza como un inmueble antieconómico y antisocial.