La actual crisis de la familia se agudiza y tiende a afectar cada vez más a los distintos miembros que la componen. En la actualidad se percata un aumento de hogares monoparentales y la existencia de tendencias y pensamientos que devalúan la figura paterna en la familia y la consideran prescindible en la educación de los hijos. Este fenómeno que parecía afectar solamente a las sociedades occidentales también está presente hoy en algunas sociedades africanas. El propósito del presente trabajo es profundizar en la importancia de la figura paterna en la educación de los hijos partiendo de la realidad de que su ausencia causa efectos negativos en éstos. Por lo tanto, se defiende la tesis de que los hijos necesitan tanto de la madre, así como del padre para su desarrollo integral. Se aborda todo aquello a la luz de la antropología cristiana.