La búsqueda de nuevos productos fitosanitarios de origen natural que supongan un menor peligro para la salud humana y el medio ambiente se ha convertido en una necesidad. Los aceites esenciales (AE), producidos por ciertas plantas con propiedades antimicrobianas, pueden contribuir al control biológico de la podredumbre de los cítricos durante su almacenamiento. Aislamos e identificamos seis bacterias patógenas de cítricos conservados, entre ellas E. coli, S. aureus, S. thyphi, S. sonnei, B. cereus, P. aeruginosa y una cepa fúngica Trichosporon spp, seguido de la actividad antibacteriana y antifúngica de ocho aceites esenciales como Thymus vulgaris, Salvia officinalis, Allium sativum, Myrtus communis L, Rosmarinus officinalis, piper nigrum, Carum carvi L y Syzygium aromaticum se probó mediante técnicas de contacto directo (el aromatograma) para mostrar una fuerte eficacia contra todas las cepas probadas, ya que el AE de tomillo tiene el mayor poder antifúngico entre los aceites con una zona de inhibición de 48 mm de diámetro y una CMI de 0. 03(%v/v).
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