En Veracruz, ya no se puede decir que no hay violencia, ni tampoco se puede llegar a pensar que no existe discriminación contra las mujeres, y que las costumbres continúan privilegiando el ser masculino, por sobre cualquier otra cualidad. Aunque siga siendo un lugar en el que la responsabilidad de la violencia doméstica se continúa atribuyendo precisamente a las víctimas de ella. Veracruz es un lugar en el que todos son inocentes hasta que se demuestre lo contario, pero en el caso de la violencia contra las mujeres, estas son consideradas culpables a pesar de que se demuestre lo contrario.