La fotografía para la ciencia del siglo XIX se entendía como mecanismo predilecto para captar la realidad más allá de lo que el ojo humano podía llegar a ver. Durante el proceso de expansión del aparato fotográfico, el uso de la fotografía sirvió a múltiples fines: experimentales, pedagógicos y divulgativos en torno a los nuevos descubrimientos de la ciencia. Nos interesa pensar la fotografía médica como un documento susceptible de dar cuenta de las relaciones entre poder, discurso y cultura visual, planteando su análisis desde una aproximación crítica en la que se piense el carácter representativo de la imagen en virtud de sus diferentes dialécticas, tanto en un plano histórico, como en relación al sujeto que se posiciona frente a ella, y en el contexto de la significación cultural de las producciones visuales.