El cuidar es un acto inherente a la vida, es el resultado de una construcción propia de cada situación de promover, proteger y preservar la humanidad. La figura de la enfermera es fundamental para cubrir las necesidades no sólo del paciente sino también de su cuidador, siempre desde una perspectiva holística. Para realizar una correcta intervención de enfermería en el cuidado del individuo y de la familia,es necesario proporcionar conocimiento y habilidades para afrontar el cuidado en las mejores condiciones posibles como técnicas de relajación, manejo de estrés, organización del tiempo y estrategias para compartir el cuidado con otros miembros de la familia. Promover un entorno mental, físico, espiritual, de soporte de protección y recuperación, dado con la creación de asesorías domiciliarias con un grupo interdisciplinario asignado a las cuidadoras. Así mismo, la pieza clave es el trabajo en equipo donde todos los profesionales estén debidamente interconectados con el objetivo de satisfacer las necesidades del paciente y su familia de la manera más óptima posible y en el menor plazo de tiempo.