El programa de asignaciones familiares en el Uruguay se asocia en sus orígenes a la emergencia de un incipiente modelo industrializador que comienza a desarrollarse hacia inicios del siglo XX. El modelo de política social asociado al nuevo modelo de desarrollo se basa ideológica y culturalmente en una familia nuclear en la cual el hombre era el principal sustento económico. Las transferencias monetarias a las familias fueron una opción para el mantenimiento de este modelo familiar. El hombre trabajaba y la mujer permanecía en la casa cuidando a los hijos a cambio de una compensación o transferencia monetaria. En este sentido el programa de asignaciones familiares se asemeja al desarrollo de otras políticas sociales. Las mismas son siempre un indicador de la forma en que los recursos económicos son distribuidos socialmente. El Estado uruguayo asumió su rol central en el proceso de desarrollo a diferencia de otros países que lo dejo librado al mercado. Esto explica el surgimiento temprano del programa de asignaciones familiares comparativamente con el resto de los países de América Latina.