La industria de defensa es una empresa global dominada por Estados Unidos. Los críticos han afirmado que los contratistas de la industria de defensa estadounidense actúan como poderosas entidades políticas en lugar de como agentes obedientes, sin asumir responsabilidades medioambientales y sociales y participando en una distribución de armas sin trabas en la que el objetivo es maximizar los beneficios descuidando cualquier responsabilidad ética. Esta investigación pretende arrojar luz sobre el modo en que los contratistas de la industria de defensa estadounidense se representan a sí mismos a través de sus comunicaciones corporativas, especialmente en relación con su supuesta reputación nacional y sus intereses percibidos en el establecimiento de la paz. Más concretamente, desvelo los marcos utilizados por Northrop Grumman y Lockheed Martin en sus informes no económicos para defender o legitimar sus operaciones y su existencia.
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