Uno de los principales objetivos que intenta resolver el escrito, se centra en formular a la gestión documental, como un subsistema de la gestión del conocimiento, pues se constituye como un nicho de conocimiento explícito, el cual puede ser potenciado en la integración de herramientas, prácticas y políticas para que en conjunto con otras fuentes de conocimiento tácito, repercuta en altos niveles de impacto en los procesos de innovación, competitividad y producción de nuevos conocimientos. Para ello este escrito postula al individuo como un recurso incremental de información el cual junto con los documentos que contienen el conocimiento explícito producido por una organización propician la oportunidad de instaurar Redes de Conocimiento. Al respecto de estas redes se manifiesta su potencial y se plantea una metodología para su diseño e implementación.