La democracia liberal, también conocida como democracia constitucional, es una forma común de democracia representativa en la que los representantes elegidos que ostentan el poder están limitados por una constitución que hace hincapié en la protección de las libertades individuales, la igualdad y los derechos de los grupos minoritarios. Entre las muchas libertades que pueden protegerse se encuentran la libertad de expresión y de reunión, la libertad religiosa, el derecho a la propiedad privada y a la intimidad, así como la igualdad ante la ley y el debido proceso en virtud del Estado de Derecho. Estos derechos constitucionales, también llamados derechos liberales, se garantizan a través de diversas instituciones controladas y leyes estatutarias. Además, las constituciones de la mayoría de las democracias liberales contemporáneas prohíben el mayoritarismo, que es el gobierno por la voluntad de la mayoría, cuando perjudica a los de la minoría. Entre los elementos principales más importantes de la democracia liberal en Occidente, según muchos comentaristas y teóricos políticos modernos se encuentran: Soberanía Popular, Libertades Civiles, Gobierno de la Mayoría, Representantes Elegidos, Separación de Poderes, Participación Política, Elecciones Competitivas y Sistema de Partidos Políticos y Grupos de Interés.
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