Habiendo buscado el consentimiento de los Estados a través de los tratados, el Derecho Internacional de los Derechos Humanos (DIDH) se dedica a lograr su alcance y jurisdicción universales. Los Estados musulmanes están muy por detrás de los demás en cuanto a mostrar su adhesión para preservar plenamente el espíritu de los tratados del DIDH. Los críticos culpan a la discutible rigidez de la ley islámica y a su mezcla con la cultura patriarcal de ser una razón sugerida para el fracaso de los Estados musulmanes en la adopción de legislación nacional para proteger y promover la norma internacional de derechos humanos. La erudición islámica prosigue este debate de diversas maneras. Los modernistas insisten en que la evolución de la ley islámica debe tomarse como un instrumento de reforma a ese respecto. Los tradicionalistas aceptan el carácter progresivo de la ley islámica, pero en principio se mantienen fieles a las posiciones clásicas. La "teoría islámica de la legislación" busca una articulación de los principios eternos de la ley islámica para la elaboración de leyes, por un lado, mientras que por otro lado, suscita la restauración del papel de los eruditos/juristas en el proceso de la legislación de corriente principal que ocupa un lugar en las legislaturas de los Estados musulmanes contemporáneos.
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