A lo largo de los decenios, los legisladores han tratado de humanizar el entorno carcelario concediendo nuevos derechos a los presos. No obstante, estas fuentes creativas de derechos se producen en un momento de creciente hacinamiento en las cárceles y de ineficacia de los derechos fundamentales. A pesar de la afirmación y consagración de los derechos de los prisioneros, están limitados en el tiempo y el espacio. El 30 de enero de 2020, Francia fue condenada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Esta no es una observación nueva. La dificultad de un tema relativo al estado de los derechos de los detenidos y su evolución atrae a las elecciones realizadas pero también a la íntima convicción de los ciudadanos. Muchas personas tienen la sensación de que los derechos de las personas privadas de sus libertades son adquiridos. Sin embargo, si el legislador toma en consideración los derechos individuales del detenido, bajo la égida de los derechos humanos, no ocurre lo mismo con sus derechos sociales, que se encuentran severamente restringidos. El propósito subyacente de este libro es demostrar la existencia de derechos y libertades para las personas privadas de libertad, pero también demostrar su ineficacia.
Hinweis: Dieser Artikel kann nur an eine deutsche Lieferadresse ausgeliefert werden.
Hinweis: Dieser Artikel kann nur an eine deutsche Lieferadresse ausgeliefert werden.