En la sociedad del nuevo milenio se vienen observando vertiginosos y profundos cambios, tales como el incremento absoluto y relativo de la pobreza, así como los fuertes procesos de exclusión y desafiliación social, las transformaciones en el modelo político-estatal, que se desarrolló a lo largo del siglo XX, las transformaciones operadas de la acumulación económica con escasa distribución de los ingresos, las nuevas características de los movimientos sociales, trazando un escenario que impacta en la concepción sobre la intervención profesional del Trabajador/ra Social. Estos procesos de cambio afectan la constitución de la identidad de los sujetos sociales, evidenciando la necesidad de nuevas categorías teóricas para nominar las situaciones y sujetos sociales, las lógicas organizativo-reivindicativas, superando la perspectiva de sistemas clasificatorios, que más que explicar, ocultan o dificultan la comprensión real de la cuestión social y sus diversas expresiones. Frente a la idea de un modelo único de interpretación de la realidad, es necesario advertir que ante la complejidad de la misma no son posibles hoy respuestas unívocas.