Las emociones desempeñan un papel fundamental en el aprendizaje porque inciden directamente en procesos que pueden favorecerlo u obstaculizarlo. En este contexto, se describe una experiencia de aula basada en principios de la Neuropedagogía, aplicados a través del proyecto ¿Mi cuerpo, mi templö, con el propósito de promover el reconocimiento y la regulación emocional en estudiantes de una escuela media superior en Italia que toman español como lengua extranjera. Para ello, se definió el estudio de caso como metodología, con una muestra de 15 participantes adolescentes, quienes exploraron sus emociones mediante actividades experienciales. Para evaluar el impacto de la intervención, se administró un cuestionario de 16 preguntas. Los resultados indican que integrar la dimensión emocional en la dinámica de enseñanza-aprendizaje es esencial para motivar a los estudiantes a desarrollar su inteligencia emocional y mejorar sus habilidades lingüísticas.