La visión reduccionista del mundo, los problemas complejos, el conocimiento fragmentado, una economía sin un sustento en las bases productivas de los ecosistemas, son temas que deberán analizarse dentro de un contexto de diálogo de saberes para transitar hacia la sustentabilidad. El estilo dominante que caracteriza el mundo moderno no es sustentable, por lo que urgen otros referentes, nuevas formas de entendernos y de entender el mundo, de vivir en él y con nosotros, de convivir en la diversidad cultural y biológica.