Humanizar la matemática escolar es un reto para la pedagogía y la didáctica. Reconocer esta ciencia como una construcción social de seres humanos para seres humanos, contextualizar histórica y epistemológicamente el objeto de estudio en una comunidad de aprendizaje, orientar la resolución de situaciones problema que propicien el desarrollo del pensamiento en el marco de la interdisciplinariedad, la afectividad y la creatividad, constituyen consideraciones importantes en el reporte de esta experiencia en la que algunos elementos del desarrollo humano, de la música y la matemática convergen en un mismo punto generando no solo una estrategia para aprender de manera significativa la representación gráfica de la función seno, sino para hacer del aula un lugar privilegiado en el que las competencias emocionales posibilitan un ambiente de enseñanza - aprendizaje de las matemática sin miedo y sin imposiciones.