Si la intensidad de la mortalidad es del cien por ciento y por tanto, todos eventualmente falleceremos, entonces ¿porqué estudiar la mortalidad? La respuesta no está en la intensidad, sino en el calendario, lo que estudiamos es el tiempo medio que tardamos en morir y los factores que provocan que alcancemos un determinado tiempo de vida y no otro. Así, el estudio de la mortalidad abarca aspectos tan variados como los relacionados con el individuo, su constitución biológica, edad, sexo, religión, actitudes, comportamientos, manejo de estrés, capacidad de acceso a servicios de salud, nivel educativo y además aspectos que son conformados desde el ámbito individual, familiar y social. La combinación de estos aspectos es decisiva al momento de identificar los determinantes de la mortalidad y la forma en que actúan para definir los niveles de sobrevivencia de distintas poblaciones.