La enfermedad periodontal tiene una etiología infecciosa. Su alcance y gravedad dependen de la interacción entre las bacterias y la respuesta del huésped. La respuesta del huésped a los microorganismos patógenos implica una compleja red de componentes celulares y humorales del sistema inmunitario, que interactúan entre sí. La progresión de la periodontitis y su ritmo de avance no pueden explicarse únicamente por la presencia de una microbiota. Por lo tanto, la comprensión de los factores que influyen en esta susceptibilidad puede ser esencial para determinar la actividad de la enfermedad periodontal. Los factores de riesgo ambientales, como las bacterias y el estrés, pueden alterar el equilibrio entre el huésped y la microbiota, dando lugar a la enfermedad. Este desequilibrio puede deberse a la proliferación de un microorganismo exógeno o a la depresión de una respuesta inmunitaria debida a factores ambientales. La implicación del estrés oxidativo en la etiología de las enfermedades periodontales sugiere que la terapia antioxidante representa una vía prometedora de tratamiento. Tanto la diabetes mellitus como la periodontitis son enfermedades crónicas comunes en los adultos de la población mundial.
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