Muchas veces vamos caminando por la vida, sin querer mirar atrás. Queriendo dejar el pasado en el pasado. Sin saber que el presente es víctima del conjunto del pasado y el futuro. Y, sin saber, el pasado nos puede ayudar, sobre todo en los momentos de reflexión. Para poder escuchar nuestra voz interna es menester apagar las demás voces de alrededor que timbran tan alto que a su merced tienen suyos a nuestros oídos.