Hace unas tres décadas, los autores aportaron al acerbo del conocimiento del turismo una visión microeconómica, la cual complementa y corrige a la sociológica, hegemónica desde hace más de un siglo y que, desde hace muchos años, ha llegado a ser dogmática. Desde ella se pone en evidencia que el turismo es un producto que, como cualquier otro, se puede identificar objetivamente al margen del sujeto que lo ejecuta consume. Se evita así la grave anomalía que padece la doctrina convencional según la cual el turismo es el heterogéneo y confuso conjunto de actividades industriales que responden a las necesidades de los turistas. Corregida y evitada tan errónea visión, el enfoque alternativo permite replantear la cuestión poniendo el énfasis en el programa de visita y, por ende, identificar unívoca y objetivamente tanto el producto como la industria del turismo