El rápido desarrollo propio de la época, la amplitud del campo de la innovación, el entorno social que se ahoga cada vez más en el flujo de información, el desarrollo de la tecnología informática, la comunicación del espacio de Internet, etc., conducen al agotamiento mental y psíquico de una persona, a la tensión de los nervios. En particular, la falta de actividad física en las actividades profesionales, la imposibilidad de alejarse del ordenador, aumenta la hipoxia, es decir, la falta de oxígeno en el cerebro y el cuerpo. En lugar de una media de 5-6 km al día, la actividad física se reduce a veces a caminar, hacer ejercicio y moverse a cambio de ahorrar tiempo, transferir información y disponer de un vehículo cómodo. El uso del ordenador también permite que la actividad humana se vuelva más sedentaria. En tales condiciones, es inevitable que los padres vuelvan a casa del trabajo agotados y exhaustos, lo que afectará también a la salud mental de los niños de la familia.
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