El uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) no sólo ha cambiado la forma de percibir y de acceder a la información, sino que también ha facilitado la comunicación a distancia entre el usuario, bibliotecarios o expertos en cualquier lugar. Por ende, las unidades de información deben estar en sinergia con el ambiente, implementando nuevos modos de proporcionar información a los usuarios, ya que su naturaleza dinámica le exige superar las restricciones en lo que se refiere al espacio geográfico, tiempo, tamaño y extensión, sobrepasando los límites físicos de las mismas, por lo que deben ir a la par en la evolución de los intereses y necesidades informativas de los usuarios.